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EMOTIVA Y MULTITUDINARIA MISA DE EXEQUIAS PARA DESPEDIR AL RVDO. MONS. RAFAEL EGÜÉZ BELTRÁN

17 de marzo de 2023 (Oficina de Prensa).- Una multitud de fieles católicos de Piura, Sullana y Tumbes, exalumnos, vecinos y amigos del Rvdo. Mons. Rafael Antonio Egüéz Beltrán, se reunieron en el patio techado del Colegio Parroquial “San Pedro Chanel”, en Sullana, para despedirse de este querido sacerdote de nuestra Arquidiócesis, que ha dejado una profunda huella en los corazones de los Sullanenses y Tumbesinos. Su cuerpo hoy descansa en la Cripta de los Padres Maristas, en el Cementerio “San José”, en Sullana, hasta donde todos llegaron para acompañarlo y darle el último adiós.

Nuestro Arzobispo Metropolitano, S.E.R. Monseñor, José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., presidió la Santa Misa de Exequias, la cual fue concelebrada por el Rvdo. Mons. Luciano Maza Huamán, Vicario General, el R.P. Roland Castro Juárez, Vicario Episcopal de Sullana, el R.P. Jimmy Coveñas Pacheco, Vicario Episcopal de Tumbes, el R.P. Pedro Chully Chunga, Vicario Episcopal de Paita, y el R.P. Pedro Talledo Nizama, Vicario Episcopal de Piura, así como por un numeroso grupo de sacerdotes venidos de diferentes puntos de nuestra Arquidiócesis, para despedirse de su querido amigo y hermano sacerdote. En la Eucaristía estuvieron también presentes la señora Teresa Egüéz Beltrán, hermana de Monseñor Rafael, la señora Susana Rosario Leiva de Álvarez, quien siempre estuvo pendiente de su atención, y el R.P. Orlando Orosco Rojas, de la Sociedad de Padres Maristas, quien lo atendió espiritualmente durante su estadía en la capital. También participaron, un numeroso grupo de exalumnos, alumnos, padres de familia, personal docente y administrativo de los Colegios Parroquiales Sullanenses “San Pedro Chanel” y “Nuestra Señora de las Mercedes”. La Santa Misa fue acompañada por las melodiosas voces de coro estudiantil y los acordes de la banda de música del Colegio Chanel.

¡Gracias Monseñor Rafael!

En su homilía, Nuestro Arzobispo recordó que: “A pocos días de haber cumplido 80 años de edad, nada menos que el pasado 14 de marzo, fue convocado a la casa del Padre, nuestro querido Monseñor Rafael. Cumplimos hoy con el deber de dar cristiana sepultura a su cuerpo, y damos gracias a Dios por el don de su vida y de su fecundo ministerio sacerdotal entre nosotros. No hace mucho, el pasado 4 de febrero, el Señor le permitió celebrar 51 años de vida sacerdotal. Dios le concedió morir en su querido Callao, tierra donde nació, acompañado del amor de su familia y del profundo cariño de sus amigos, y el Señor que es tan fino en sus detalles, ha querido permitirle descansar, como fue su última voluntad, a partir de hoy y hasta el día de la resurrección final, en su adorada Sullana, rincón de nuestra Piura dónde comenzó a ejercer con generosidad su ministerio sacerdotal, para continuar ejerciéndolo luego en Tumbes. Con seguridad, el día de su llegada al Cielo, Monseñor Rafael habrá escuchado de Jesús estás hermosas palabras, que ojalá todos nosotros escuchemos el día de nuestra muerte: ¡Bien, siervo bueno y fiel! Entra en el gozo de tu Señor. (Mt 25, 23)”

Amor a María, pasión por la misión, la educación de la juventud y la pastoral parroquial

En otro momento, Monseñor José Antonio Eguren destacó detalles de la vida y ejemplo de Monseñor Egüéz: “Monseñor Rafael ingreso primero a la Sociedad de María, Padres Maristas. Fue ahí donde hizo su profesión religiosa y recibió la ordenación sacerdotal. Ahí, «Bajo el Nombre de María», como reza el lema de esta querida Congregación Religiosa, aprendió a amar a Jesús y servir a los demás. Quiénes lo hemos conocido sabemos que su profunda piedad filial a María fue una característica muy destacada en su espiritualidad sacerdotal. Como buen Sacerdote Marista, sentía una gran pasión por las misiones, la educación de la juventud y la pastoral parroquial, características de su espiritualidad que luego trasladó a su vida sacerdotal diocesana. Con frecuencia solía decir que las misiones lo apasionaban y que sentía especial alegría cuando iba a Lancones o Bellavista, Parroquias de Sullana que tienen amplias zonas rurales. Su pasión por la educación de la juventud, lo llevó a ser el impulsor de la construcción de lo que hoy es este nuevo local del Colegio Parroquial San Pedro Chanel, del que fue su promotor por muchos años. Asimismo, fue el promotor del Centro de Oración, Recreación, Esparcimiento y Producción (COREP) desde donde impulsó la educación cristiana de los jóvenes, es decir, forjar personalidades maduras en la fe, conscientes de su misión en la Iglesia y en el mundo. Por ello no vacila en promover también, en Tumbes, el Colegio Parroquial San Nicolás de Tolentino, iniciativa que ahora deberán tomar en sus manos los sacerdotes de la Vicaría Tumbesina y nuestro Consorcio Arquidiocesano de Colegios Parroquiales. Con justicia podemos aplicar a nuestro querido Monseñor Rafael, las palabras del Libro de Daniel «Los hombres sabios brillarán como el esplendor del firmamento, y los que guiaron a muchos por el camino recto, como las estrellas, por siempre jamás» (Dn 12,3). Aquí quiero dirigirme a todos ustedes queridos alumnos Chanelistas, quiero preguntarles: ¿De entre ustedes jóvenes varones, quien va a ocupar el lugar que deja Monseñor Rafael? Los animo a que disciernan cual es el Plan de Dios en sus vidas, y si el Señor los llama al sacerdocio, como Monseñor Rafael, no tengan temor de darle un Sí generoso. Porque el Señor no quita nada, y más bien, lo da todo”. 

Una vida dedicada a amar a Jesús, y a servir a los demás

Finalmente, nuestro Pastor pidió seguir el ejemplo de vida de Monseñor Rafael, para así poder vivir siempre para servir: “En el año 2012, y ante la partida de los Padres Maristas, Monseñor Rafael me pidió ser incardinado en la Arquidiócesis de Piura. Él quería quedarse porque le apasionaba la vida parroquial, por ello no vaciló ni un instante en desempeñar con gozo y dedicación los oficios de Párroco, primero en la Parroquia Señor de los Milagros en Zorritos y luego en San Nicolás en Tolentino de Tumbes, así como el oficio de Vicario General para esa querida Región norteña. Desde que llegó a Tumbes, Monseñor Egüéz se ganó el aprecio y cariño de la feligresía católica tumbesina. Durante sus años entre nosotros, él ha sido modelo de fidelidad, obediencia, fraternidad sacerdotal y pasión por la misión evangelizadora. Nunca se quejaba de nada, ni siquiera de su última enfermedad. Siempre lo veíamos risueño y afable. Pero eso sí, era firme cuando se trataba de enfrentar al mal y a la mentira. Sin lugar a dudas, vamos a extrañar su alegría, así como sus sabios consejos. Queridos hijos sacerdotes, a ejemplo de nuestro amado Rafael consagremos nuestra vida y energías a anunciar a todos los hombres, la salvación de Jesucristo, bajo la protección y amparo de su Madre Santísima. La vida y obra de Monseñor Rafael es para recordar y contar, la nuestra, en cambio, está para construirse. Queridos hermanos, elevemos nuestras oraciones al Señor para que su hijo sacerdote Rafael Antonio sea recibido en la asamblea jubilosa del cielo de la mano de María Santísima, a quién como mencione, él le profesaba una especial y profunda piedad filial”. 

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