MENSAJE DE NUESTRO ARZOBISPO POR EL DÍA DEL NIÑO POR NACER, Mensajes, Noticias Familia y Vida

MENSAJE DEL ARZOBISPO DE PIURA CON OCASIÓN DE LA MARCHA Y FESTIVAL POR EL DÍA DEL NIÑO POR NACER 2015

Muy queridos hermanos y hermanas en el Señor de la Vida:

En nombre de los Niños por Nacer, que son los más pequeños, débiles e indefensos integrantes de la familia peruana, y a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana quitándoles la vida a través de la promoción de legislaciones abortistas, quiero agradecerles su presencia multitudinaria esta tarde. De manera especial agradezco a las autoridades presentes, a las parroquias, asociaciones, movimientos y personas de buena voluntad que defienden la vida humana, así como a las numerosas madres gestantes que esta tarde nos acompañan con sus hijos por nacer. Realmente es hermoso estar aquí reunidos, porque cuando nos abrimos a la vida y servimos a la vida experimentamos la fuerza creadora y revolucionaria del amor y de la ternura, capaz de forjar un auténtico humanismo integral que preserve el sentido genuino del ser humano, de su dignidad y trascendencia.

Una vez más Piura se ha puesto de pie para marchar y celebrar la vida, porque toda vida humana es siempre bella, es siempre una buena noticia, porque ella es reflejo del amor de Dios. El derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural es el derecho humano primordial.

Por esta razón, la defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier otro derecho humano. Si las personas no tienen derecho a vivir y a nacer, ¿cómo podemos exigir que los otros derechos humanos sean respetados, como el derecho a la integridad personal, a la igualdad, a la libertad, a la justicia, al trabajo, al honor, a la vida privada, a la información, entre otros?  Si el derecho a la vida desde la concepción cae no hay entonces fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos humanos que hunden sus raíces en la verdad natural de la persona humana y de su dignidad, y éstos estarían sometidos a las conveniencias del momento y a los poderosos de turno.

¡No es progreso o modernidad pretender resolver problemas matando una vida humana! Un ser humano es siempre sagrado e inviolable en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo desde la concepción. Por ellos les pido comprometernos con los niños por nacer, y para vivir este compromiso necesitamos que la familia, como generadora de vida y núcleo de la sociedad, sea el motor y modelo del respeto a la vida humana, desde la concepción hasta el fin natural. La familia debe ser apoyada y fortalecida para que tenga los medios necesarios para acoger la vida.[1] Ella debe estar en el centro de nuestra pastoral y de las políticas públicas.

Como sabemos, el año pasado el Ministerio de Salud aprobó el mal llamado protocolo del aborto terapéutico, el cual ha sido calificado por los gremios médicos peruanos como innecesario y absurdo. ¡Desde aquí exigimos una vez más su derogatoria!

Asimismo y frente a la posibilidad de la despenalización y legalización del aborto en nuestro país en otras circunstancias como en el caso de una violación (como si el concebido no nacido fuera el culpable de este acto condenable cuando es junto con su madre una víctima más) y en el caso de malformación (como si sólo los bonitos, sanos y perfectos tuvieran el derecho a nacer y a vivir), el no de la Iglesia al crimen abominable del aborto es un a la vida, que puede alcanzar a todo ser humano en el santuario de su conciencia. La defensa de la vida desde la concepción hasta su fin natural con la muerte, no admite de nuestra parte silencios, excusas, ni excepciones. Todos debemos proclamar que Dios es el único Señor de la Vida, que el hombre no es ni puede ser amo o árbitro de la vida humana. ¡Nada, absolutamente nada justifica el aborto!

Pedimos al Gobierno y al Congreso de la República que reiteradamente expresan su compromiso con los pobres, la justicia, los derechos humanos y la inclusión social, que no se olviden de los Niños por Nacer del Perú, que de entre todos los pobres son los más pobres, porque ni siquiera voz tienen para defenderse. Cercanas ya las elecciones generales donde elegiremos a un nuevo gobierno nacional, presidente y congresistas de la Nación, exijamos a los candidatos que con claridad nos expongan sus posturas y planteamientos acerca de temas tan importantes para el futuro del Perú como son los temas del matrimonio, la familia y la vida para que así los peruanos votemos en conciencia.

Junto con esta defensa de todo Niño por Nacer, los convoco también a comprometerse en la defensa de toda vida humana que pueda ser amenazada. En primer lugar la de nuestros adolescentes y jóvenes, transmitiéndoles sobre todo en la familia los valores y la fe que hacen verdadera, libre y bella la existencia humana. Quiero esta tarde alertar a los padres de familia sobre la intención que hay de ofrecer a nuestro jóvenes menores de edad métodos anticonceptivos con el desconocimiento de sus progenitores, vulnerando así el derecho que tiene todo papá y mamá a la patria potestad sobre sus menores hijos en cuanto se refiere a los servicios de salud que ellos reciben. ¡No lo permitamos! Si se quieren reducir los embarazos adolescentes, éstos se disminuyen reduciendo el inicio de las relaciones sexuales y fomentando los valores. Lo otro, repartir anticonceptivos, está basado en el hedonismo más puro y más vacío: el placer por el placer. Además está demostrado que en aquellos países donde se han introducido programas de anticoncepción en los menores de edad en confidencialidad, es decir con desconocimiento de sus padres, estos programas no han reducido el embarazo adolescente sino todo lo contrario, lo han aumentado.

Los invito igualmente a la defensa de la vida y dignidad de la mujer, especialmente de la que sufre violencia, abuso y abandono. A ella démosle toda nuestra asistencia, acogida y amor posibles.

Los convoco además a la defensa de la vida de nuestros ancianos, de nuestros abuelos y abuelas, tan llenos de sabiduría y amor. Ellos lo han dado todo por nosotros. Por eso no hay que  abandonarlos ni quitárnoslos de encima como si fueran una molestia, sino darles nuestro amor tierno y agradecido. Como bien enseña el Papa Francisco: “¡Una civilización sale adelante si respeta la sabiduría de los ancianos! Al contrario, una civilización donde no hay lugar para los ancianos o donde se les descarta porque crean problemas lleva en sí el virus de la muerte”.[2]

Asimismo los invito a la defensa de la vida de los enfermos y especialmente de aquellos que padecen enfermedades terminales. Junto con el aborto rechacemos cualquier intento de aprobación de la eutanasia. Recientemente se ha presentado en el Congreso un proyecto de ley al respecto. Hagamosle frente a la “cultura del descarte” que con soberbia se levanta contra Dios para decirle con insolencia: “El final de la vida lo decido yo y como yo quiero”.

Igualmente defendamos la vida del desconocido y del pobre, a través de nuestra caridad afectiva y efectiva con él. La del que ha tomado el mal camino, orando por su conversión, pidiendo la misericordia de Dios para él, perdonándolo, dándole buen ejemplo. La de la belleza de la creación, confiada a la custodia del hombre.

El Papa Francisco nos exhorta: “La fidelidad al Evangelio de la vida y al respeto de la misma como don de Dios, a veces requiere de opciones valientes y a contracorriente que, en circunstancias especiales, pueden llegar a la objeción de conciencia. Y a muchas consecuencias sociales que tal fidelidad comporta”.[3]

Sí hermanos, hay que defender a los no nacidos ante la amenaza del aborto, y a todo ser humano amenazado en su dignidad y existencia, aunque nos tachen de anticuados. Éste es un camino que está lleno de lobos, y quizás por esto nos lleven mañana a los tribunales, quizás por esto, por cuidar la vida nos maten. Pensemos en los mártires cristianos. Los mataban y también hoy los matan por predicar el Evangelio de la vida, el Evangelio que trajo Jesús. Pero Jesús nos da la fuerza. ¡Adelante!. [4]

Que Santa María, Madre de Aquel que es la Vida misma nos enseñe a acoger, amar, proteger y defender toda vida. Que aprendamos de la Madre de Dios y nuestra, su ternura, su coraje y su valor para acoger la vida de cada ser humano especialmente la vida de los Niños por Nacer. Que Ella nos eduque a ver a los hijos como un don y no como un producto frío de laboratorio.

Muchas gracias y que Dios los bendiga.

San Miguel de Piura, 21 de marzo de 2015
Vísperas del V Domingo de Cuaresma

[1] Ver Comisión Episcopal de Familia del Peru, Mensaje por el Día del Niño por Nacer 2015.
[2] S.S. Francisco, Audiencia General de los miércoles, 04-III-2015,
[3] S.S. Francisco, discurso a los Participantes en el Congreso Conmemorativo de la Asociación de Médicos Católicos Italianos, 15-XI-2014.
[4] Ver Jorge Mario Cardenal Bergoglio, Homilía en el Santuario de San Ramón Nonato, 31-VIII-2005.
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