11 de febrero (Oficina de Prensa).- Ayer por la noche, I Domingo de Cuaresma, Mons. José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura, celebró la Santa Misa y Elección e Inscripción de Catecúmenos en la Basílica Catedral de Piura a las 7:30 p.m.
Durante su homilía basada en el pasaje de las tentaciones del Señor, texto evangélico emblemático del primer domingo de cuaresma, Mons. Eguren desarrolló algunos principios espirituales a tener en cuenta en la lucha contra el pecado y el mal, lucha propia del tiempo penitencial:
“La tentación forma parte de nuestra vida ordinaria. En sentido propio, es la estrategia o sugestión del demonio para llevarnos al mal. Por ello vencerla, acrecienta nuestra fe, esperanza y caridad y nos hace crecer en la libertad. Ver hoy al Señor Jesús venciendo a Satanás, al tentador, debe darnos confianza en nuestra lucha contra el mal y la tentación. Como bien dice San Agustín, «te fijas que fue tentado, pero no en que venció. Hubiera podido impedir la tentación del demonio pero entonces tú, sujeto a la tentación, no hubieras aprendido de Él a vencerla»”.
En otro momento de su homilía nuestro Pastor señaló, en base al evangelio del domingo tomado de San Mateo (4, 1-11), algunas enseñanzas que el Señor Jesús nos da para vencer a la tentación: “En primer lugar Jesús nos enseña que hay que estar en estado de alerta permanente. Y eso sólo se logra a través de una vida de oración permanente y de un recurso constante a los sacramentos de la confesión y de la eucaristía. No olvidemos que la oración es la primera y principal arma para afrontar victoriosamente la lucha con el espíritu del mal. En segundo lugar, Jesús hoy nos enseña a rechazar las tentaciones de manera rápida, enérgica y fuerte, y si es necesario a huir de la tentación como huiríamos de la mordedura de una serpiente venenosa. En tercer lugar Jesús nos enseña a no dialogar jamás con la tentación. Jamás se dialoga con el mal. Dialogar es ya comenzar a caer. Y finalmente nunca hay que ponerse en ocasión de ser tentados”.
“Hermanos la Cuaresma nos invita a librar el buen combate espiritual, a mirar con esperanza el horizonte de nuestra santidad. Es posible alcanzarla si a la gracia de Dios, que se nos da en abundancia, unimos nuestra cooperación humana, y concientes de nuestras debilidades ponemos los medios positivos para nuestro crecimiento espiritual. Uno de esos medios es la búsqueda en todo momento de los planes de Dios. La tentación común que recorre como un hilo conductor las tres tentaciones de Satanás a Jesús, es la tentación de apartarnos de Dios, de su presencia amorosa, de sus planes de sabiduría, para que forjemos los nuestros de espalda a Él. Jesús nos enseña que Dios es el auténtico bien del hombre: «Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto». La ausencia de Dios es lo que alienta al ser humano. Su presencia nos da vida”.
Al finalizar la celebración eucarística, Mons. José Antonio Eguren, pidió a los asistentes encomendar las oraciones de esta semana por los frutos del retiro espiritual de los sacerdotes de nuestra Arquidiócesis.