24 de febrero (Oficina de Prensa).- Hoy por la mañana, Mons. José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura celebró la Santa Misa del III Domingo de Cuaresma en la Basílica Catedral de Piura.
Mons. Eguren durante su homilía reflexionó en el hermoso encuentro entre el Señor Jesús y la mujer samaritana, encuentro entre la sed de Dios y la sed de felicidad y de conversión.
“El pedido de la mujer samaritana a Jesús, manifiesta un significado más profundo: la necesidad insaciable que tiene el ser humano de felicidad y de plenitud. Todo ser humano, como la samaritana tiene el anhelo profundo por la verdad, el bien, la belleza, y el amor. Y a la vez que descubre este anhelo, descubre también, como la samaritana, es incapaz de satisfacer este anhelo por sí mismo. Descubre que sólo Cristo es capaz de darle a beber de esa agua que saciará su sed de infinito: «Si alguno tiene sed, venga a mí y beba el que crea en mí» (Jn 7, 37-39)”.
“La samaritana va poco a poco en su diálogo con Jesús, descubriendo la verdadera identidad del Señor. Primero será un simple judío, después un profeta, más adelante lo descubrirá como el Mesías esperado, y finalmente como Dios hecho hombre. Que como la samaritana, la Cuaresma sea para nosotros un progresivo descubrir quién es Jesús, un profundizar en nuestro conocimiento amoroso de Él, y comprender que sin Él no podemos ser salvados de la esclavitud del pecado y alcanzar la felicidad y la salvación”.
Antes de finalizar manifestó: “Después de encontrarse con Jesús, la samaritana corre a la ciudad y anuncia: «Venid a ver un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho». Que como la samaritana, anunciemos a los demás con valor y autenticidad todo el bien que Jesús nos ha hecho y nos hace. Que como ella seamos valientes apóstoles de Cristo y atraigamos a muchos al encuentro de vida con Cristo: «Nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo»”.
Asimismo, un grupo de catecúmenos que recibirán el sacramento del Bautismo la noche de la Vigilia Pascual, realizaron el segundo escrutinio frente a nuestro Pastor. Los escrutinios (que son en total tres) tienen como objetivo, purificar el corazón, proteger contra las tentaciones, rectificar la intención y mover la voluntad, para que los catecúmenos se unan más estrechamente al Señor Jesús y perseveren con mayor decisión en su amor a Dios y en su propósito de recibir el santo bautismo.