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ORACIÓN PATRIÓTICA EN EL DÍA DE LA BANDERA 2023

07 de junio de 2023 (Oficina de Prensa).- La mañana de hoy, con ocasión del día de la Jura de la Bandera, y en conmemoración de la epopeya gloriosa de la Batalla de Arica y de la inmolación del Coronel Francisco Bolognesi, héroe máximo de nuestro Ejército, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura, pronunció una Oración Patriótica ante tal importante fecha, durante los solemnes actos que se realizaron en la Plaza Bolognesi de nuestra ciudad.

A continuación, les ofrecemos el texto completo de las palabras que pronunció nuestro Pastor para esta importante ocasión:

ORACIÓN PATRIÓTICA EN EL DÍA DE LA BANDERA

A ciento cuarentaitres años de la inmortal gesta de Arica, nos reunimos esta mañana para recordar emocionados el heroísmo de Bolognesi y de los Defensores del Morro, porque, ¡Arica no se rinde! ¡Arica no se olvida!

El sacrificio de Arica

La Batalla de Arica, es el sacrificio de 1,500 hombres militarmente mal equipados, de tosca vestimenta y deficiente alimentación que, en su mayoría, son civiles agrupados en batallones de voluntarios llamados “Guardia Nacional”. Ciertamente son liderados por un excepcional grupo de oficiales de honor y de bravura sin par, pero su adversario es un ejército bien entrenado y pertrechado, conformado por más de 6,000 soldados profesionales, con un armamento de última generación, que contaba con asesores prusianos para sus cañones alemanes Krupp de última generación, a los que le hacen frente las vetustas piezas de artillería peruana Vavasseur, Voruz, y Parrot, que en total apenas suman dieciocho, las cuales, además, no podían girar, dificultando considerablemente la defensa del Morro de Arica.

Asimismo, los Defensores del Morro tuvieron que soportar el asedio y el bombardeo de la escuadra chilena. Por tanto, debe comprenderse que el sacrificio de Arica se consumó sin esperanza alguna de triunfo. 

Rodeados por el enemigo, y abandonados a su suerte por una clase política incapaz y dividida, ambiciosa de poder para saquear al país, lamentable coincidencia con nuestro presente, los defensores del Morro hicieron vida la célebre expresión del escritor romano Gnaeus Naevius (261 – 201 a. C.): “Prefieren morir en su puesto antes de regresar cubiertos de deshonra ante sus conciudadanos”. Los Defensores del Morro carecían de todo, pero les sobraba amor por el Perú, y un ardor y bravura excepcionales, para luchar y morir por la Patria.

“Pelearemos hasta quemar el último cartucho”

Cuando el 5 de junio, el parlamentario chileno, el sargento mayor Juan José de la Cruz Salvo y Poblete, escuchó sorprendido de boca del Coronel Francisco Bolognesi Cervantes, la sublime respuesta peruana al pedido de rendición de la Plaza: “Arica no se rinde. Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré. Pelearemos hasta quemar el último cartucho”, Salvo debió haber observado en el noble y heroico Coronel, una figura transfigurada, y junto con la de él, la de sus jefes y oficiales reunidos en la histórica “Casa de la Respuesta”.

Es nuestro famoso poeta, José Santos Chocano, el “Cantor de América”, y el “Poeta Nacional del Perú”, el que mejor describe ese épico momento, en su célebre “Epopeya del Morro”, con estas inspiradas palabras:

“Salvo, al oír tan varonil respuesta, abrió los ojos, de sorpresa mudo; y ante el grupo inmortal, apenas pudo viendo del héroe la figura enhiesta, doblegar la cabeza en un saludo. Y fue ese arranque de sorpresa el con que después, tras el combate rudo, saludó la victoria al Heroísmo”. 

En Arica, la victoria pudo ser chilena, pero sin lugar a dudas el heroísmo fue peruano. Podríamos afirmar que, Arica fue Tabor y Calvario a la vez. Tabor, porque un grupo de valientes transformaron su inmolación en un excelso acto de amor puro por el Perú. Calvario, porque con su sacrificio y sangre derramada, 1,500 compatriotas nos dejaron una excelsa lección de cómo se ama, se defiende y se sirve a la Patria: Con desinterés total hasta entregar la vida por Ella, si es necesario. Aquel árido peñón fue Tabor donde se transfiguró el alma del Perú, y Calvario donde murió en cruz un pueblo generoso, encarnado en los Heroicos Defensores del Morro.

El 7 de junio de 1880, rayando el alba, se inició el ataque chileno. Tanto en el asalto a las baterías peruanas del Este como del Norte, se consumaron actos de extraordinario valor que dejaron atónitos a los chilenos. La lucha cuerpo a cuerpo fue terrible y encarnizada rechazando las tropas peruanas varias veces a las enemigas, pero finalmente nuestros compatriotas fueron doblegados, no en su espíritu, sino por el gran número de soldados chilenos que los atacaban. Bolognesi, comprendiendo que el final estaba cerca, ordenó el repliegue de sus soldados a la cumbre del Morro no sin antes clavar los cañones y volar los polvorines de las baterías peruanas. Bolognesi muere de un balazo en el corazón liderando la resistencia en Arica.

Al lado del heroico Coronel, murió el capitán de navío Juan Guillermo More Ruiz, jefe de las baterías del Morro, tal como había jurado hacerlo, tras perder su nave, la fragata blindada “Independencia”, en Punta Gruesa, durante el Combate Naval de Iquique. More se batió hasta el último instante de su vida con un revólver y una espada en cada mano. 

El Parte de Guerra de la Batalla de Arica 

Será el Teniente Coronel, Manuel Camilo de la Torre Barbachán, sobreviviente de Arica quien, en su parte oficial de la batalla, dirigido al Secretario de Estado en el Despacho de Guerra, de fecha 9 de junio de 1880, el que mejor describa la inmensidad del sacrificio de nuestros valientes y heroicos soldados:

“Han sucumbido en la lucha los coroneles don Francisco Bolognesi, don Juan Guillermo More, don Alfonso Ugarte, don José Joaquín Inclán, don Justo Arias y Aragüéz, don Mariano Bustamante; los tenientes coroneles don Ricardo O’Donovan, don Ramón Zavala, don Francisco Cornejo y Don Benigno Cornejo; los sargentos mayores don Armando Blondel, don Felipe Zela y don Fermín Nacarino, y muchos señores oficiales. Quedan heridos algunos, y prisioneros los demás, de todo lo cual encontrará V.S. adjunta una relación detallada…Numerosa es la mortandad por nuestra parte que se calcula en las dos terceras partes de las fuerzas defensoras”.

Conmovido por el heroísmo, y por la férrea y heroica resistencia de los últimos peruanos en la cumbre del Morro, el capitán chileno Ricardo Silva Arriagada, detiene el cruel exterminio de los últimos defensores.

Es así como se salvan el Teniente Coronel Manuel de la Torre y el noble argentino, don Roque Sáenz Peña, quien había dejado su Patria para poner su espada al servicio de la causa del Perú. Ambos esperaban el momento de ser rematados, Roque Saénz Peña herido en un brazo, pero quiso Dios salvar sus vidas, junto con la de otros valientes, para que pudieran contar los hechos tal y como sucedieron, y así dar fiel testimonio de la heroicidad de su Coronel en Jefe, y de sus compañeros y hermanos de armas.  

El Teniente Coronel Manuel Camilo de la Torre Barbachán, escribirá las siguientes palabras como conclusión de su parte de guerra, las cuales cobran significativa importancia y vigencia en los actuales difíciles momentos que vive el Perú:

“Quieran Dios y la Patria aceptar el sacrificio de tantas víctimas, de tantos patriotas de corazón, como un holocausto ofrecido en aras del honor nacional para la salvación del país, y pluguiera a la Divina Providencia, por tanta sangre generosa vertida, que nuestro Gobierno sea siempre bien inspirado y retemplado el valor, la fe y el entusiasmo en nuestro pueblo que, una vez por todas, debe mostrarse unido y viril hasta ver realizados sus nobles propósitos”.

Por ello, los exhorto esta mañana, a que dejemos de lado todo aquello que daña a nuestra querida Patria: La corrupción, los negociados, la inmoralidad pública, la desunión, la mentira, la calumnia, la improvisación, y el incumplimiento de nuestros deberes como autoridades, ciudadanos, y cristianos.

Comprometámonos más bien, a trabajar por una Patria unida, decidida a realizar, de una vez por todas, su destino histórico. No hacerlo, sería desconocer el sacrificio de Bolognesi y de los heroicos Defensores del Morro. No hacerlo, sería olvidar la sangre derramada de tantos compatriotas y compañeros de armas que, a lo largo de nuestra historia hasta nuestros días, han dado sus vidas por el Perú. No hacerlo sería olvidarnos de las conmovedoras palabras que Bolognesi le escribe a su esposa en su última carta de fecha 22 de mayo, y que son para su Ejército, y para todos los peruanos, un enorme desafío a vivir: “Nunca reclames nada, para que no se crea que mi honor tiene precio”. 

Nuestra única Bandera: La Roja y Blanca 

Conciudadanos: En Piura amamos y veneramos nuestra Bandera Nacional. Orgullosos la izamos siempre. Jamás nos atreveríamos a cometer el sacrilegio de impedir su izamiento, y menos aún, de que sea sustituida por otra basada en pretensiones separatistas, y en peligrosas ideologías raciales que tan solo dividen y generan odios. El Perú tiene UNA sola bandera que nos envuelve y ampara a todos, y esa bandera es la Roja y Blanca.

Asimismo, aquí en Piura respetamos y honramos a nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacional, y en particular a nuestro Glorioso Ejército, presente en nuestras cálidas tierras del Norte, con su siempre victoriosa Primera División, no sólo porque cada vez que el Perú se lo ha demandado ha sabido defender la integridad de nuestra frontera norte, haciendo respetar hasta el último centímetro de nuestro sagrado territorio nacional, sino porque además, cada vez que los desastres naturales y sanitarios se ensañan con nuestra Región, nuestro Ejército realiza una gran labor solidaria, saliendo de sus cuarteles, para trabajar en acciones cívicas en favor del pueblo piurano. Por eso, jamás se nos ocurriría denigrar, insultar, y menos aún, agredir, a los que visten el sagrado uniforme de la Patria.    

Que esta conmemoración de la Batalla de Arica, sea también ocasión para hacer un llamado a los miembros de nuestro Ejército, para que, siguiendo el ejemplo de su ínclito patrono, el Coronel Francisco Bolognesi Cervantes, hagan que su institución sea siempre digna, formada por oficiales y subalternos íntegros, honrados, intachables y virtuosos, para que así nuestro Ejército sea siempre un activo moral para el Perú.  

Pero a su vez, pedimos desde aquí al Supremo Gobierno, que tome decisiones definitivas para modernizar a nuestro Ejército, y a nuestras Fuerzas Armadas, y Policía Nacional. Que nunca más nos suceda lo que cruda y desgarradoramente describe el Teniente Coronel de la Torre en su parte de guerra: “Después del resultado desgraciado de nuestras armas en el combate librado el 26 del mes pasado en los Altos de Tacna, la plaza de Arica, cuya custodia había sido encomendada a la diminuta y mal armada fuerza de nacionales, que aparece del estado adjunto, quedó sometida a un estrecho asedio de mar y de tierra por fuerzas infinitamente superiores a las nuestras”.

No permitamos que el Estado Peruano sea un Estado que recela de sus Fuerzas Armadas, manteniéndolas débiles.

¡Honor y gloria al Coronel Francisco Bolognesi Cervantes!

¡Honor y gloria a los Defensores del Morro de Arica!

¡Honor y gloria a nuestra Bandera Nacional!

¡Honor y gloria a nuestra Patria, el Perú!

San Miguel de Piura, 07 de junio de 2023
Día de la Bandera

Puede descargar el archivo PDF conteniendo la Oración Patriótica pronunciada por nuestro Arzobispo AQUÍ

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