“La respuesta de la Iglesia a los desafíos de cada tiempo ha sido la santidad de sus hijos”

Solemnidad de todos los santos1 de noviembre (Oficina de Prensa).- El Arzobispo Metropolitano de Piura, Mons. José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., presidió el día de hoy por la mañana la Santa Misa con ocasión de la Solemnidad de Todos los Santos. Antes cientos de personas que se reunieron en la Basílica Catedral, Mons. Eguren fue claro en señalar que si bien es cierto que “no hay mayor tristeza que la de no ser santos”, no es menos cierto que “no hay mayor irresponsabilidad para los tiempos que nos han tocado vivir que la de no aspirar responsablemente a la santidad”.

Solemnidad de todos los santosEl Arzobispo de Piura y Tumbes hizo un claro llamado a todos, sacerdotes, consagrados, casados y laicos, a que se esfuercen por vivir su vocación a la santidad, exigencia del bautismo recibido: “La respuesta de la Iglesia a los problemas y crisis de todos los tiempos ha sido siempre la santidad de sus hijos… Por ello hoy que celebremos a Todos los Santos, renovemos nuestro deseo de santidad y cooperemos responsablemente con la gracia que el Señor nos da para llegar a serlo… La santidad es la vocación de todo cristiano, de todo bautizado. El Concilio Vaticano II nos habla de la universal vocación a la santidad. Y ser santo es desplegar el don de nuestro bautismo, es decir la vida nueva de Cristo sembrada en nosotros. Ser santos es conformarnos de tal manera con el Señor Jesús que podamos decir con el apóstol: «Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mi» (Gál 2, 20). La santidad es llegar a pensar como Jesús, a sentir con los afectos nobles y puros de su amantísimo corazón, es actuar cada día y todos los días como Él, que pasó por el mundo haciendo el bien” (Hch 10, 38). Y en este proceso de configuración con Jesús, el camino, la verdad y la vida, es Santa María, la Reina de los santos, Aquella que está en el centro de la asamblea de los santos, la que nos guía”.

Solemnidad de todos los santosEn otro momento Mons. Eguren reflexionó sobre el sentido del artículo del Credo, “Creo en la comunión de los santos: “La Iglesia es la comunión de los santos…En la Iglesia existe una comunión de bienes. El bien de unos se comunica a los otros. Ahora bien el miembro más importante de la Iglesia es Cristo, ya que Él es la cabeza. Así el bien de su vida divina y de la obra de la reconciliación realizada por Él se nos comunica a todos, por los sacramentos. Pero además los bienes y méritos de todos los santos, de esa multitud incalculable de hermanos nuestros que están en el cielo, de la que nos habla la lectura del Apocalipsis, se derrama también sobre nosotros para nuestro bien, para que seamos fieles, para que alcancemos como ellos al final de nuestra peregrinación la corona de la gloria. Que confortador es saber que en nuestro peregrinar al cielo, no estamos solos. Que contamos con el Señor Jesús, con Santa María, y con los méritos y la intercesión de todos los santos”.

Al final de la Santa Misa se dio inicio al último recorrido procesional de la Sagrada Imagen del Señor de los Milagros. Mons. Eguren indicó que era muy hermoso ver cómo en el día en que el Cristo Morado se despedía de sus devotos hasta el próximo año, Él nos dejaba la tarea de la santidad: “Sean santos, porque yo, vuestro Dios, soy santo” (Lev 18, 2).

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