LA FAMILIA ES “SANTUARIO DE LA VIDA”

Homilía del Arzobispo Metropolitano de Piura en la Fiesta de la Sagrada Familia y por los Niños y Niñas víctimas del Aborto que fallecieron durante el Año 2014

28 de diciembre (Oficina de prensa).- La mañana de hoy, en el marco de la Octava de Navidad, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura, presidió en la Basílica Catedral de nuestra ciudad, la Santa Misa con ocasión de la Fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret y por los niños y niñas víctimas del aborto que fallecieron en Piura y Tumbes durante el año 2014.

Al final de la Santa Misa, Mons. Eguren junto a todos los fieles presentes elevó ante la Sagrada Familia una oración por los Niños por nacer. Asimismo en el atrio de la Catedral se soltaron globos blancos para simbolizar las almas de los niños y niñas abortados durante este año y que ya están gozando del cielo.

A continuación compartimos la homilía completa pronunciada en la Santa Misa:

HOMILÍA

Muy queridos hermanos y hermanas en Jesús, el Divino Hijo de Santa María Virgen:

Dios quiso nacer en una familia humana

Estamos viviendo en estos días el misterio de la Navidad, el misterio del Emanuel, del Dios-con-nosotros. Gracias a la encarnación del Hijo de Dios, el tiempo se ha abierto a lo eterno. Con el nacimiento del Señor Jesús de María Santísima, la Mujer bendita entre todas las mujeres, Cristo ha hecho del tiempo un “hoy” permanente de salvación. Y todo esto ha acontecido en el seno de una familia. Jesús pudo haber venido a nosotros a salvarnos de una manera espectacular, como un gran guerrero o emperador, pero no, ha venido a nosotros como un hijo de familia, en el seno de un hogar formado por su Madre Santa María, en unión con San José, casto esposo de la Virgen, y padre nutricio y fiel custodio del Redentor.

Dios quiso nacer en una familia humana, es decir quiso tener una madre y un padre como nosotros. De esta manera Jesús nos enseña a estimar ya comprender el valor de la familia. Por todo ello la Iglesia, madre y maestra, celebra el día de hoy en su liturgia a la Sagrada Familia de Nazaret, modelo de toda familia. Así nos lo enseña con estas bellas palabras el Papa Francisco:
“Hoy, nuestra mirada a la Sagrada Familia se deja atraer también por la sencillez de la vida que ella lleva en Nazaret. Es un ejemplo que hace mucho bien a nuestras familias, les ayuda a convertirse cada vez más en una comunidad de amor y de reconciliación, donde se experimenta la ternura, la ayuda mutua y el perdón recíproco. Invoquemos con fervor a María Santísima, la Madre de Jesús y Madre nuestra, y a San José, su esposo. Pidámosle a ellos que iluminen, conforten y guíen a cada familia del mundo, para que puedan realizar con dignidad y serenidad la misión que Dios les ha confiado.”2

La familia bien necesario para los pueblos

La familia es un bien necesario para los pueblos, un fundamento indispensable para la sociedad y un gran tesoro para los esposos durante toda su vida. La familia es un bien insustituible para los hijos que han de ser fruto del amor, de la donación total y generosa de los padres. Una sociedad donde está en crisis la familia es una sociedad próxima a derrumbarse. Por ello hoy se hace necesario proclamar la verdad plena de la familia fundada en el matrimonio entre un varón y una mujer como célula primera de la sociedad, como escuela del más profundo humanismo, como Iglesia doméstica y como santuario de la vida.

Como célula primera de la sociedad, porque la familia es origen y fundamento de la sociedad humana y constituye su fundamento y alimento continuo mediante su función de servicio a la vida2.

Como “escuela del más profundo humanismo”, porque ella es ámbito privilegiado donde cada persona aprende a dar y a recibir amor. Como Iglesia doméstica, porque ella está llamada a ser comunidad de fe, esperanza y caridad, de gracia y de oración, de amor y de acción evangelizadora, así como escuela de catequesis. Y como “santuario de la vida”, puesto que la familia es el ámbito natural donde la vida, don de Dios, es acogida y defendida de los muchos ataques y amenazas que hoy sufre. La familia es el lugar donde la vida humana puede desarrollarse según las exigencias de un auténtico crecimiento humano y cristiano. Es importante señalar que cuando se afirma que la familia es “santuario de la vida” nos referimos además a que es en ella donde se transmite, custodia y desarrolla la vida divina de la gracia, es decir la vida cristiana. Los padres cristianos son dos veces progenitores de sus hijos: en su vida natural y en su vida sobrenatural en Cristo. Por ello no descuiden los padres la administración de los sacramentos en sus hijos: El bautismo, la confirmación y la eucaristía así como la confesión sacramental. No posterguen por tanto tiempo el santo bautismo, el cual según el pedido sabio y saludable de la Iglesia debe ser administrado a los recién nacidos durante el primer mes de vida.3

La Sagrada Familia de Nazaret: una familia piadosa y religiosa

Hoy el Evangelio de San Lucas (ver Lc 2, 22-40), nos presenta a la Sagrada Familia de Nazaret en la escena de la Presentación del Niño Jesús en el templo: “Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor” (Lc 2, 22-24).

La Familia de Jesús se nos revela como una familia creyente, devota y piadosa, observante de la Ley judía. Hasta en cinco oportunidades San Lucas reitera que todo lo hacían “según lo establecido en la Ley de Moisés”. Claramente se aprecia que la Familia de Nazaret vive las exigencias del culto, pues sube a Jerusalén para ir al Templo; que conoce las Sagradas Escrituras y que es una familia de profunda fe y oración, que hace realidad en sí misma la hermosa máxima espiritual que dice, “oración para la vida y el apostolado, y vida y apostolado hechos oración”.

Hoy les pregunto a ustedes queridos padres de familia: ¿Tu familia es como la familia de Jesús, es decir una familia de profunda fe y piedad? ¿O no sucederá con tu familia esa triste realidad que sucede en algunos hogares de hoy donde se ha reemplazado el crucifijo de la cabecera de la cama para poner en su lugar un cuadro cualquiera; se ha dejado la misa dominical para sustituirla por el paseo, el partido de fútbol o incluso el trabajo; se ha cambiado el rezo del rosario en familia para ver más televisión; y se ha relegado la lectura de la Biblia y del Catecismo de la Iglesia por otras lecturas mundanas y frívolas, arrinconando así la moral cristiana para sucumbir al hedonismo y al consumismo que difunden los medios de comunicación?

Querida familia piurana y tumbesina: Sólo la fe en Cristo, sólo la participación en la fe de la Iglesia salva a la familia. Sólo la familia, que pone en el centro de sus relaciones familiares a Jesús, María y José, es capaz de mantener vivo el amor. Cuando Jesús está en el centro de la vida familiar se comparten con Él alegrías y dolores, se ponen en sus manos las necesidades y proyectos, se obtienen de Él la esperanza y la fuerza para el camino. Cuando el Señor Jesús, en quien la Verdad y el Amor se identifican, está en el centro de la vida familiar, cada uno de sus miembros, los esposos entre sí, los padres con sus hijos, los hijos con sus padres, y los hermanos entre sí, son capaces de mirarse a los ojos para comunicarse, solidarizarse, perdonarse recíprocamente y comenzar de nuevo con un pacto de amor renovado por el Espíritu de Dios. La familia cristiana reproduce el clima de la casa de Nazaret.

Queridas familias de Piura y Tumbes: Pongan a Jesús en el centro de su vida familiar, sobre todo asistiendo juntos a la Misa dominical. Verán que ello no es perder el tiempo, al contrario es lo que mantiene verdaderamente unida a la familia. Si participan juntos en la liturgia dominical, el domingo resulta más hermoso, toda la semana resulta más hermosa. Igualmente pongan a Jesús en el centro de su vida familiar rezando el Santo Rosario en familia. La familia que reza unida permanece unida. El Rosario es desde siempre, una oración de la familia y por la familia, donde en la escuela de María, vamos aprendiendo a recordar, a comprender, a configurarnos, a rogar y a anunciar a Cristo bajo la guía de la Madre de Dios y nuestra.4

Anunciemos la belleza del matrimonio y de la familia

En los actuales momentos en donde la familia esta asediada por tantos ataques que vienen de concepciones equívocas sobre la verdad del hombre, de la libertad y del amor humano, expresados en el divorcio, las uniones libres, la ausencia de los padres en la vida de sus hijos, la disminución de los nacimientos, el libertinaje sexual, el pseudo matrimonio entre personas del mismo sexo o matrimonio homosexual, las legislaciones que atentan contra la unidad y la indisolubilidad del matrimonio así como contra el derecho natural de los padres a ejercer la patria potestad sobre sus hijos, la contracepción, el aborto, etc., urge que todos nosotros, pero especialmente los matrimonios y las familias cristianas, anuncien la belleza de la familia según el Plan de Dios, porque la verdad convence a través de la belleza.

Mi anhelo es que nuestras familias den testimonio de ser comunidades íntimas de vida y amor5; que los esposos cristianos no cesen de ser con su vida, signo del amor fiel de Dios hasta la muerte; que vivan su vocación matrimonial, elevada por el Señor a la altísima dignidad de sacramento, como auténtico camino de santidad; que expresen su amor conyugal en una actitud de apertura generosa a la vida; y que eduquen a sus hijos en la fe. De esta manera testimoniarán que la verdadera libertad es aquella capaz de asumir un compromiso para siempre; que la auténtica libertad es la capacidad de optar por un don definitivo, en el que la libertad dándose, se vuelve a encontrar plenamente a sí misma.

Asimismo mi llamado a cuidar a través de nuestra pastoral familiar a las “familias heridas”, como son los matrimonios en crisis, los separados, los divorciados tanto los que no se han vuelto a casar como aquellos que sí lo han hecho, y las familias donde sólo está presente el papá o la mamá, también llamadas monoparentales. “La experiencia demuestra que con una ayuda adecuada y con la acción de reconciliación de la gracia, se supera de manera satisfactoria un gran porcentaje de crisis matrimoniales”.6

Oremos por los niños y niñas abortados en el año 2014

Como ya es costumbre entre nosotros, también en esta Santa Misa rezamos y encomendamos a todos los niños y niñas por nacer asesinados por el crimen del aborto, tanto en el mundo entero y particularmente en el Perú y en nuestras Regiones de Piura y Tumbes. Como bien sabemos este año 2014 termina con la lamentablemente aprobación de la primera norma abortista en nuestra Patria, dada el pasado 27 de junio por el Ministerio de Salud con el mal llamado “Protocolo o Guía de Aborto Terapéutico”. Inmediatamente después de aprobada esta norma, los lobbies abortistas han comenzado ahora a pedir la legalización del aborto por violación. Nos encontramos por tanto ante pequeños grupos de presión que lo que buscan sin pausa ni cansancio es llegar a que en el futuro en el Perú se apruebe el aborto a libre petición. No lo permitamos.

Con el Papa Francisco les digo: “La vida humana es sagrada e inviolable. Todo derecho civil se basa en el reconocimiento del primer y fundamental derecho, el de la vida, que no está subordinado a alguna condición, ni cualitativa ni económica, ni mucho menos ideológica…Es necesario, por lo tanto, ratificar una firme oposición a todo atentado directo contra la vida, especialmente inocente e indefensa; y el nasciturus (el que va a nacer) en el seno materno es el inocente por antonomasia. Recordemos las palabras del Concilio Vaticano II: «La vida desde su concepción ha de ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables» (Gaudium et spes, n. 51)”.7

Que hoy nuestra oración se dirija a los niños y niñas abortados, es decir asesinados, que no han visto la luz de este mundo teniendo derecho ello. Confiémoslos a la misericordia de Dios Padre para que los tenga junto a Él gozando de la luz de la vida eterna, y que a nosotros Jesús nos conceda ser ardorosos y valientes defensores de la vida humana desde la concepción hasta su fin natural siendo la voz de los que no tienen voz pero sí el derecho sagrado e inalienable a vivir.

Recemos también por los “nuevos Herodes”, es decir por la conversión de aquellos que promueven, asisten y realizan abortos. Que Dios, único Señor de la Vida, ilumine las mentes y los corazones de quienes alejados de Él, niegan la dignidad y el derecho a la vida de seres humanos en el vientre materno. Que el Señor les manifieste su amor para que guiados por la verdad y la justicia rectifiquen su error y se conviertan a Él, para amar a sus hermanos, especialmente a los niños por nacer.

Asimismo oremos por las madres que experimenta la tentación de abortar al hijo que está en sus entrañas. Que el Señor y Santa María, las ilumine y fortalezca para que siempre elijan la vida. Que comprendan que nada, absolutamente nada, justifica matar a su propio hijo. De otro lado les digo a estas madres: No añadas al drama del aborto el drama de vivir después el infierno de la depresión y del remordimiento, porque la experiencia demuestra que después de haber abortado son muchas y por años las angustiosas preguntas que están presentes en la mente de la madre que abortó: ¿Dónde estará mi hijo? ¿Será que me ama aún después de lo que le hice? Yo quisiera no haberlo hecho. ¿Puedes amarme todavía? Ciertamente además de matar una vida inocente, el aborto también daña a la mujer que lo practica. Más bien pidamos para que estas madres pongan su confianza en el Señor que nunca defrauda y busquen el consejo de algún sacerdote, religiosa o laico cristiano comprometido para que encuentren serenidad y consuelo. El Señor Jesús y Santa María, siempre ponen en el camino de nuestras vidas gente buena dispuesta a ayudarnos. Querida Mamá que quieres abortar: Lo correcto es que tengas a tu hijo, lo justo y amoroso es que le des a tu hijo la misma oportunidad que tú has tenido de nacer y vivir.

Finalmente roguemos por aquellas madres que han tenido un aborto. A ellas quisiera ahora dirigirme con estas palabras de San Juan Pablo II: “La Iglesia sabe cuántos condicionamientos pueden haber influido en vuestra decisión, y no duda de que en muchos casos se ha tratado de una decisión dolorosa e incluso dramática. Probablemente la herida aún no ha cicatrizado en vuestro interior. Es verdad que lo sucedido fue y sigue siendo profundamente injusto. Sin embargo, no os dejéis vencer por el desánimo y no abandonéis la esperanza. Antes bien, comprended lo ocurrido e interpretadlo en su verdad. Si aún no lo habéis hecho, abríos con humildad y confianza al arrepentimiento: el Padre de toda misericordia os espera para ofreceros su perdón y su paz en el sacramento de la Reconciliación. Podéis confiar con esperanza a vuestro hijo a este mismo Padre y a su misericordia. Ayudadas por el consejo y la cercanía de personas amigas y competentes, podréis estar con vuestro doloroso testimonio entre los defensores más elocuentes del derecho de todos a la vida. Por medio de vuestro compromiso por la vida, coronado eventualmente con el nacimiento de nuevas criaturas y expresado con la acogida y la atención hacia quien está más necesitado de cercanía, seréis artífices de un nuevo modo de mirar la vida del hombre.”8

Al Señor Jesús, a Santa María y a San José encomiendo cada familia de Piura y Tumbes, y a su vez, que cada familia piurana y tumbesina invoque, por la oración perseverante y confiada, la protección y ayuda constante de la Sagrada Familia de Nazaret, haciendo del hogar de Jesús su modelo de vida.

Que así sea. Amén.

San Miguel de Piura, 28 de diciembre de 2014

Fiesta de la Sagrada Familia

Octava de Navidad

  

1.- S.S. Francisco, Ángelus, 29-XII-2013.

2.- Ver San Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris consortio, n. 42.

3.- Ver CIC. Can. 867.

4.- Ver San Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, nn. 13-17.

5.- Ver Gaudium et spes, n. 48

6.- Ver Sínodo de los Obispos III Asamblea Extraordinaria, Relatio Synodi, nn. 44-54.

7.- S.S. Francisco, Discurso al Movimiento por la Vida Italiano, 11-IV-2014.

8.- San Juan Pablo II, Encíclica Evangelium vitae, n. 99.