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ARZOBISPO SOSTIENE NUEVO ENCUENTRO CON JÓVENES SEMINARISTAS DE PIURA Y TUMBES

Durante visita al Seminario Arquidiocesano “San Juan María Vianney”

03 de junio de 2022 (Oficina de Prensa).- Nuestro Arzobispo Metropolitano, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., realizó una nueva visita al Seminario Arquidiocesano “San Juan María Vianney” de nuestra ciudad, donde sostuvo un ameno encuentro con los seminaristas de propedéutico y filosofía, que se vienen preparando ahí en su camino al sacerdocio. A su llegada fue recibido por el equipo formador, presidido por el R.P. Santiago Villarino Matellán, Rector del Seminario, el R.P. Padre Carlos Vargas Núñez, Vicerrector y el R.P. Marcio Ferreira de Abreu, Director Espiritual, así como por los jóvenes seminaristas quienes le manifestaron muestras de profunda alegría y agradecimiento por la visita.

Oración, estudio, fraternidad y apostolado

Durante su diálogo con los seminaristas, hubo un rico intercambio de temas, donde nuestro Pastor respondió a muchas de sus preguntas sobre lo que significa ser seminarista, su proceso de formación, el Sínodo de la Sinodalidad, y los objetivos de la vida en el Seminario. Refiriéndose a esto último, les recordó que, son cuatro los objetivos de la vida en el Seminario sobre los que deben poner especial ahínco durante éste tiempo de su formación: la dimensión espiritual, que favorecerá en ellos el encuentro con Cristo, el discernimiento y la consolidación de la respuesta a la vocación; la vida de estudio, que les ofrecerá los instrumentos necesarios para comprender los valores propios del ser sacerdote, procurar encarnarlos en la vida y así transmitir el contenido de la fe de forma adecuada; la vida de comunidad en la que fortalecerán su amistad en Cristo, sus cualidades humanas, tan necesarias para la formación de una personalidad equilibrada y madura, que los hará capaces de asumir la responsabilidad propia del ser pastor; y el apostolado que los habilita para un servicio eclesial responsable y fructífero, haciéndolos capaces de ejercer el ministerio en orden a la santificación y a la evangelización, desde la caridad pastoral, a ejemplo de Jesús, el Buen Pastor.

Dar testimonio de Jesús, en cada momento de la vida

Nuestro Arzobispo, les hizo un especial pedido a los jóvenes seminaristas: “Queridos seminaristas, les pido que den testimonio de Jesucristo en todo momento y circunstancia de sus vidas, ya sea dentro o fuera del seminario, en los momentos de trabajo y de descanso, cuando están en sus clases, en sus familias o incluso cuando recorran las calles. Que se les vea como aquellos que están marcados por la llamada del Señor a ser sus sacerdotes. Y que cuando la gente los vea y los oiga, vean realmente seminaristas de una pieza. Por su bien, por el bien de la Iglesia y por el futuro de su ministerio sacerdotal, exíjanse siempre en la fidelidad y el compromiso. Sean fieles en todo momento, pero también sean humildes, lo que supone la conciencia de que sin mérito de mi parte el Señor se ha fijado en mí, me ha mirado con amor y me ha llamado por mi nombre. Hay que reconocer que no nos merecemos esto que el Señor nos da. Yo no soy el artífice de mi vocación con mis solas fuerzas humanas, con mis capacidades intelectuales o mis habilidades. Es Dios el iniciador y el consumador de mi vocación, y soy yo el que tiene que cooperar con su llamado. Para ser fiel ahora, mañana y siempre, debo apoyarme primero en Cristo, y también en mis formadores, mis compañeros y mi familia”.

Oremos por el aumento de las vocaciones y la fidelidad de los seminaristas

Monseñor Eguren agradeció especialmente a los seminaristas por su fidelidad y perseverancia en su formación, así como por las jornadas de oración que han hecho a lo largo de este tiempo de pandemia. Del mismo modo, agradeció a los sacerdotes responsables del Seminario por el esmero y dedicación que ponen en su labor de preparación de nuestros seminaristas. Como nos lo pide constantemente nuestro Pastor, sigamos orando intensamente al Señor por el aumento de las vocaciones sacerdotales en nuestra Arquidiócesis y continuemos promoviéndolas según el máximo de nuestras posibilidades y capacidades. Asimismo, recemos por toda la comunidad del Seminario de Piura y Tumbes, para que sigan creciendo en madurez y en unión con el Señor y su Iglesia.  

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