MENSAJE DEL ARZOBISPO METROPOLITANO A LOS SACERDOTES Y SEMINARISTAS DE PIURA Y TUMBES EN LA MEMORIA DE SAN JUAN MARÍA VIANNEY

Al celebrarse el día de hoy, la memoria obligatoria de San Juan María Vianney, presbítero, quiero hacer llegar mi más cordial saludo a todos los sacerdotes de la Arquidiócesis de Piura, y de manera especial a los Párrocos de nuestra Iglesia particular que tienen en el Cura de Ars a su santo patrono y modelo.

Aprovecho esta oportunidad para agradecerles a todos ustedes su entrega sacerdotal en estos tiempos de pandemia, porque sin hacer ruido vienen dejándolo todo a fin de que el Pueblo de Dios esté en todo momento bien cuidado y acompañado. Gracias porque a pesar de los riesgos viven la misión sacerdotal de manera generosa y sacrificada, escribiendo de esta manera una de las páginas más hermosas de la Iglesia que peregrina por Piura y Tumbes.

No tengamos miedo porque Jesús nos ama y nos cuida. Cada uno de nosotros está en las llagas de sus manos y en el costado de su Corazón traspasado. ¡Qué alegría y ánimo nos da saber que estamos sumergidos en su Amor! Por ello, queridos hijos y hermanos sacerdotes, démosle a Jesús todo nuestro amor. No tengamos miedo de entregarnos a Él con absoluta generosidad. De ahí y sólo de ahí, brota la fecundidad de nuestro ministerio sacerdotal.

Quiero también agradecerles por toda la dedicación y entusiasmo que han puesto por preparar la reapertura de las iglesias de las sedes parroquiales, lo cual es fuente de consuelo, alegría y esperanza para nuestros fieles cristianos.

Finalmente, un saludo a nuestro Seminario Arquidiocesano puesto bajo la protección de San Juan María Vianney. Queridos Seminaristas: Sigan el ejemplo del Santo Cura de Ars. Que el Señor Jesús lo sea todo para ustedes. Ofrézcanle el oro de su libertad, el incienso de su oración fervorosa y la mirra de sus afectos más nobles y profundos.

Queridos Sacerdotes y Seminaristas: No nos cansemos de mirar siempre a Santa María y de invocarla en todo momento. Como hijos verdaderos y predilectos suyos que somos, amémosla con profunda piedad filial. Sólo así seremos en todo momento ministros humildes, pobres, obedientes y puros del Señor. Sólo así viviremos nuestro ministerio sacerdotal como donación total de nuestras vidas a Cristo y a Su Iglesia.

Los bendice y reza siempre por ustedes.

San Miguel de Piura, 04 de agosto de 2020
Memoria Obligatoria
San Juan María Vianney, presbítero.

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