HOMILÍA DEL ARZOBISPO METROPOLITANO EN LA SOLEMNIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES 2021

“La Mechita” unida entrañablemente a nosotros

Hoy 24 de septiembre, rendimos homenaje de amor filial a “Nuestra Señora de las Mercedes”, nuestra querida “Mechita”. Ella nos acompaña y cuida con amor de Madre desde que resonara el primer anuncio de Cristo y de su Buena Nueva en nuestras cálidas tierras piuranas, hace 489 años. Su amorosa presencia en su Santuario de Paita, ha sido y es guía segura en nuestro peregrinar de fe, fuente de auxilio y consuelo en nuestras dificultades y sufrimientos, y aliento y esperanza en nuestros trabajos evangelizadores y sociales.    

Con alegría y gratitud reconocemos, todas las manifestaciones de su amor maternal, y su constante misericordia y defensa para con los moradores del Norte del Perú. Profundamente agradecidos, acogemos el don maravilloso de su maternidad, y aspiramos a amarla como la ama su Divino Hijo, nuestro Señor Jesucristo, es decir, con los sentimientos más puros y nobles de su Sagrado Corazón, hasta poder exclamar: “La amo yo, pero no yo, es Cristo quien la ama en mí”. 

Hoy en el día de su fiesta y ante su imagen bendita, venimos a ponernos bajo su manto maternal, para renovarle la entrega de nuestras vidas, porque sabemos que, con gran amor de Madre, Ella siempre cuida a quienes la invocan de corazón.

El Perú: un país cristiano y católico

En el año del Bicentenario de nuestra Independencia, ¿cómo no ver en esta acendrada devoción mariana una señal más que nos confirma la profunda identidad cristiana y católica del Perú? Esta identidad no se puede ignorar, y menos denostar, si queremos comprender y amar profundamente a nuestra Patria, y abrirle auténticos caminos de progreso y vida, y no senderos de retroceso y muerte.    

La sabiduría de los pueblos originarios del Perú, los llevó a forjar una síntesis entre sus culturas y la fe cristiana que les ofrecían los misioneros llegados de España. De ese encuentro nació nuestra peruanidad, nuestra alma mestiza, la cual está sellada profundamente por nuestra fe cristiana, siendo un rasgo destacado de ella, la honda devoción a la Santísima Virgen María, Madre de Dios y nuestra, que para nosotros los piuranos tiene un nombre y un rostro concreto: “Nuestra Señora de las Mercedes”, la “Mechita”. A propósito de lo dicho, el Maestro Víctor Andrés Belaúnde, solía decir que, prueba innegable de la penetración del espíritu católico en los pueblos indígenas es la intensidad con que viven el culto mariano.[1]

Hay que ser claros en afirmar que el anuncio de Jesús y de su Evangelio, no supuso en ningún momento la imposición o dominación de una cultura extraña sobre otra, porque el Evangelio es la respuesta a la búsqueda de verdad y amor que anida en el corazón de todas las culturas, y cuando una cultura descubre la riqueza del Evangelio y se abre a ella, encuentra a Cristo, el Logos encarnado, la Verdad plena, y de esta manera, esa cultura descubre el camino a su plena humanización.

Rechacemos por tanto las visiones ideologizadas y conflictivas de quienes quieren presentarnos la obra de la Evangelización del Perú desde una perspectiva de lucha de culturas, que no es otra cosa sino un intento pueril por trasladar el concepto marxista de la lucha de clases al campo cultural. De otro lado, y decir la verdad no ofende, pocas instituciones como la Iglesia Católica, han hecho tanto a lo largo de la historia del Perú por el desarrollo integral de nuestra Patria y por la defensa de la dignidad de todos los peruanos, especialmente de los más pobres y descartados.

Madre y Patrona de nuestras Fuerzas Armadas

De manera especialísima en este día queremos poner bajo la protección de “Nuestra Señora de las Mercedes” a nuestras Fuerzas Armadas, quienes la tienen como su Madre y Patrona, desde sus comandantes generales hasta el último soldado, marino y aviador que sirve con abnegación y patriotismo al Perú.

Por eso hoy le decimos a nuestra Madre: Virgen de las Mercedes, Patrona de los Campos del Perú y de las Armas de la República, Gran Mariscala de nuestra Patria y Patrona de las Fuerzas Armadas, mira a tus hijos que visten el uniforme de la Nación, cuídalos y protégelos de todo peligro y mal.  

Delante de tu imagen bendita, ellos hoy hacen suya la oración que en 1921 te dirigiera el Gran Mariscal del Perú, don Andrés Avelino Cáceres Dorregaray: “Madre de nuestro Ejército: humilde a tus plantas como acostumbré en mi juventud de soldado, hoy el anciano Mariscal te repite el ruego de toda su vida: que la fe en las mercedes que otorgas cual guía luminosa abra al Perú la ruta de la gloria”.

Madre de todas las mercedes, cúbrelos con tu manto maternal, bendice a sus familias, y sobre todo ayúdalos en cada una de sus misiones por tierra, mar y aire, para que en todo momento sean los dignos herederos de la gloria del Héroe de Arica y Patrono de nuestro Ejército, el Coronel Francisco Bolognesi Cervantes; del Gran Almirante del Perú y Peruano del Milenio, Don Miguel Grau Seminario; y del Héroe Nacional y Gran General del Aire, el Capitán José Abelardo Quiñones Gonzales, y así honren el uniforme verde, blanco o azul que visten, realizando en sus vidas los sublimes ideales que resumen sus lemas institucionales: “Hasta quemar el último cartucho”. “Un solo norte: el deber. Un solo rumbo: el honor”. “Arriba, siempre arriba”.

Esta mañana rendimos homenaje a los peruanos de uniforme, quienes con su sacrificio y entrega diaria, contribuyen al engrandecimiento del Perú, sirviendo en los lugares más alejados e inhóspitos del país, cumpliendo con la misión de resguardar la soberanía e integridad territorial, y hoy en día, junto con nuestra Policía Nacional, luchan indesmayablemente por alcanzar la pacificación del Perú a través de la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico unidos en una alianza diabólica en el VRAEM.

Asimismo, dedicamos un especial recuerdo en nuestra oración eucarística de hoy, a todos los miembros de nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacional, que han caído en el cumplimiento del deber luchando contra el terrorismo.   

Nuestro pedido para que el Gobierno equipe adecuadamente a nuestras Fuerzas Armadas para que éstas recuperen en el más breve plazo su plena capacidad operativa y disuasiva. Asimismo, no puedo dejar de expresar mi desconcierto, que en el proyecto del Presupuesto Nacional de la República para el año 2022, se haya reducido prácticamente en un 50% el financiamiento de las operaciones militares y policiales contra el terrorismo asociado estrechamente con el narcotráfico. Sin un apoyo decidido a estas operaciones, la producción de cocaína aumentará y los remanentes de Sendero Luminoso no podrán ser finalmente derrotados y seguirán desarrollando impunemente su agenda de terror y muerte en el VRAEM. Confiamos que este despropósito sea rectificado.

Quisiera aprovechar la ocasión que me ofrece esta fiesta mariana, para saludar de manera especial a nuestro Glorioso Ejército Peruano, el cual recientemente celebró el Bicentenario de su creación. En efecto, nuestro Ejército nació el 18 de agosto de 1821, cuando se decretó la conformación de la emblemática Legión Peruana de la Guardia. A partir de ese momento, nuestro Ejército ha estado unido inseparablemente a la historia del Perú, coronándose con lauros de gloria, al forjar una libre Nación. Las glorias de Junín, Ayacucho, Tarapacá, Arica, y el Cenepa, son un testimonio claro de que nuestro Ejército siempre ha estado al servicio del Perú.  

¡Nunca más el terrorismo ni el pensamiento Gonzalo!

Quien observe la imagen de “Nuestra Señora de las Mercedes” advertirá que Ella sostiene en su mano izquierda unas esposas o grilletes, símbolo que Santa María nos alcanza de su Hijo, el Señor Jesús, la verdadera liberación del pecado, fuente del mal en todas sus formas, y con ello, la capacidad para amar y obrar el bien, y así poder edificar un Perú más justo y reconciliado que refleje en su vida social las Bienaventuranzas del Reino. De otro lado, quien contemple la imagen de esta advocación mariana que veneramos en Paita, verá que ella tiene una característica propia que no tienen las demás imágenes o representaciones de “Nuestra Señora de las Mercedes”: Su herida en el cuello, producida por la furia del corsario inglés George Anson quien, cuando saqueó nuestro principal puerto piurano entre el 13 y el 15 de noviembre de 1741, intentó sin éxito decapitar la imagen de nuestra Madre, dejándole esta laceración.

A través de estos dos símbolos, comprendemos que “Nuestra Señora de las Mercedes”, es la vencedora de Satanás y de todos sus secuaces, es decir, de todos los agentes de maldad. Por ello hoy en día en que vemos con preocupación que el terrorismo demencial y diabólico de Sendero Luminoso se ha reorganizado política, táctica y estratégicamente en nuevas organizaciones, y que en el VRAEM, unido al narcotráfico, sigue asesinando a miembros de nuestras Fuerzas Armadas, policías, y humildes compatriotas nuestros, debemos volver nuestra mirada a la Virgen para pedirle su intercesión y ayuda maternal, y así vernos libres del terrible mal y flagelo del terrorismo, y de la ideología, intrínsecamente perversa que encarna.

Vencedora ayer de corsarios y piratas, la “Mechita” nos ayudará hoy en la batalla contra el terrorismo, y no permitirá que las tinieblas del peligro y del mal que representa Sendero Luminoso-Movadef-Conare, capture el poder, copando los principales poderes del Estado, y termine por imponernos su ideología violentista y totalitaria que busca arrebatarnos nuestra libertad, democracia, e independencia. Es urgente que el actual gobierno deslinde radicalmente cualquier vinculación con el terrorismo, y que ninguno de los miembros que integran el Ejecutivo, o sean nombrados por éste para cargos públicos, tengan sobre sí la sospecha o el manto oscuro de su vinculación a movimiento terrorista alguno. Además, estemos atentos a que se respeten las libertades democráticas y que no prosperen proyectos en contra de la libertad de expresión, que es uno de los pilares esenciales de la democracia, y que asimismo se garantice el derecho al libre acceso a la información.   

De otro lado apremia formar a la juventud peruana en la historia reciente del Perú, ya que la lucha contra el flagelo del terrorismo no sólo hay que librarla en el campo operativo, donde actúan abnegada y valientemente nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacional, sino también en el ideológico. Los jóvenes de hoy ignoran la tragedia y el horror que los peruanos vivimos en las décadas de los 80 y 90. Ignoran que el Perú vivió uno de los más trágicos momentos de su historia republicana al ser atacado por hordas terroristas asesinas que ocasionaron la muerte de decenas de miles de humildes y sencillos compatriotas que aún son llorados por sus familias y comunidades, las cuales fueron marcadas para siempre con este indecible dolor.

Enseñarle a nuestra juventud lo que realmente sucedió en el Perú en aquel entonces, es fundamental para que el “pensamiento Gonzalo” no gane nuevos adeptos en los círculos estudiantiles, principalmente en las universidades, así como también en los gremios laborales, tanto urbanos como rurales, porque habrá muerto Abimael Guzmán, pero su perversa ideología sigue viva, gozando de buena salud, y hoy en día difundiéndose peligrosamente entre nuestros jóvenes.    

Para evitar este peligro, se debe incluir a la brevedad posible en la currícula escolar y universitaria, pero con los contenidos correctos y no sesgados, la verdad de lo que fue el terrorismo en el Perú, para que los jóvenes sepan siempre y de manera ininterrumpida, lo que significó esta monstruosidad genocida. De paso, hay que recuperar en los colegios los cursos de Historia del Perú, Cívica, y por qué no la instrucción premilitar, que tanto bien han hecho en el pasado ayudando a muchas generaciones de peruanos a conocer, amar y servir mejor al Perú.  

Pero sobre todo es apremiante que los padres de familia, y especialmente los abuelos, le cuenten a sus hijos y nietos, en el seno del hogar, el horror de la tragedia vivida, la cual nunca más se debe repetir en nuestra Patria. Los jóvenes tienen anhelos de justicia y solidaridad, y ello es bueno, pero hay que saber encaminar esas aspiraciones por los auténticos caminos de la verdad, el amor y la vida, advirtiéndoles de los peligros de ideologías intrínsecamente perversas, como es el caso del marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo, que hoy busca seducirlos.    

Madre de las Mercedes: ¡Ruega por nosotros!

Quiero concluir estas palabras con una oración a Nuestra Señora de las Mercedes. A través de ella, quiero consagrarle a nuestras Fuerzas Armadas, y pedirle por el bien de Piura y del Perú:

Nuestra Señora de las Mercedes, nuestra querida Mechita:
Míranos con amor de Madre, hoy que estamos reunidos en torno a Ti, rendidos a tus plantas. Una vez más queremos consagrarte a nuestras Fuerzas Armadas, tú que eres su Patrona y Gran Mariscala.
 

Tú, la Mujer fuerte de la Fe, de la invicta esperanza y de la ardiente caridad, mantén siempre vivo en sus corazones el amor por el Perú, la certeza de la victoria, y la serenidad y fortaleza de ánimo en las dificultades. 

Que honren el uniforme que visten con una vida limpia y abnegada. Haz que sean siempre fieles a tu Divino Hijo, el Señor Jesús, y a la Bandera roja y blanca del Perú que han jurado honrar y defender, para verla siempre flameando libre y gloriosa.  

Hazlos fuertes en las fatigas y en los peligros. Apártalos del pecado, y alcánzales la gracia de vivir y morir amando a tu Divino Hijo, a Ti que eres su Madre y Mariscala, y al Perú, nuestra amada Patria. 

Bendice a sus familias, y que, a nuestros soldados, marinos y aviadores, nunca les falte el cariño, la comprensión y el apoyo de sus familiares. 

María, mediadora de todas las mercedes que otorga tu Divino Hijo, bendice a nuestra Patria. Que la gracia de Dios que emana intensamente de Ti, disipe las tinieblas del peligro y del mal que representa el terrorismo y su siniestra ideología. 

Ayúdanos a preservar en el Perú nuestra vida democrática, la paz, el orden social y los derechos fundamentales de todos los peruanos. Pacifica a los violentos, protege a los jóvenes, y ayuda a los más pobres y a todos los que sufren, especialmente a nuestros enfermos.

Amén.

San Miguel de Piura, 24 de septiembre de 2021
Solemnidad de Nuestra Señora de la Merced

Venerada Imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, Paita-Piura

Detalle de la herida en el cuello
de la Venerada Imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, Paita-Piura

[1] José Pareja Paz Soldán, “El Maestro Belaúnde, Vida, personalidad y pensamiento”, pág. 223.

Puede descargar el archivo PDF de la homilía pronunciada por nuestro Arzobispo AQUÍ